21 octubre, 2025

El Teatro Rialto estrena “Postals”, una comedia documental que recorre la historia del turismo desde la irrupción del bikini en los años 60 hasta la masificación de nuestros días

Por redacción puntocomunica
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  • Verònica Andrés, Carmen Díaz y Alfred Picó protagonizan la última producción de L’Horta Teatre, escrita por Guadalupe Saez y dirigida por Pau Pons y Kika Garcelán
  • La propuesta escénica mezcla ficción y realidad al incluir fotografías, postales antiguas y recortes de prensa de los últimos 50 años
  • Postals estará en cartel desde el jueves 23 hasta el domingo 26 de octubre en el Teatro Rialto de Valencia

Valencia, 21/10/2025
¿Siempre hemos entendido el turismo de la misma manera? ¿Cómo eran nuestras vacaciones en los años 60 y cómo son en la actualidad? ¿Es posible viajar de forma responsable en nuestros días? Estas son algunas de las preguntas que emergen de Postals, la nueva comedia de la compañía valenciana L’Horta Teatre, que se estrenará en el Teatro Rialto de Valencia el próximo jueves 23 de octubre

El descubrimiento de una caja de postales antiguas en el rastro fue el punto de partida que utilizó la dramaturga Guadalupe Sáez para escribir este texto, que recorre con ironía y sentido del humor los hitos que han marcado la evolución del turismo en la Comunitat Valenciana (y en España) durante los últimos 50 años.

A diferencia de otras producciones de L’Horta Teatre como Familia NormalL’ElecteEls Villalonga o L’últim ball, donde la estructura respondía a un esquema más clásico, la propuesta dramatúrgica de Postals tiene una narrativa fragmentada y un enfoque documental que mezcla ficción y realidad histórica.

A través de saltos temporales, los tres personajes de la obra -interpretados por Verònica Andrés, Carmen Díaz y Alfred Picó– viajan a finales de los años sesenta para vivir la aparición de los primeros biquinis en Benidorm durante la etapa del franquismo desarrollista; se trasladan después a la década de los noventa y son testigos del enorme desarrollo que experimenta el sector turístico coincidiendo con la expansión urbanística de aquellos años; a continuación, el trío protagonista salta a los inicios del siglo XXI y observa la llegada de los primeros cruceristas. 

Los acontecimientos que narra la obra, apoyados por la proyección de fotografías reales, postales antiguas y recortes de prensa de la época, culminan en el momento actual, caracterizado por el desbordamiento del fenómeno y el surgimiento de problemáticas como el impacto medioambiental asociado a la masificación turística, la pérdida de la identidad de los destinos vacacionales y las dificultades de acceso a la vivienda para los habitantes locales. Cuestiones derivadas, tal y como apuntan las directoras de la pieza, Pau Pons y Kika Garcelán, de “haber declarado todo un país de interés turístico y, por lo tanto, legítimamente explotable hasta el agotamiento”.

“La democratización de las vacaciones es un derecho que nos hemos ganado entre todas y todos. Sin embargo, somos víctimas y verdugos de la degradación del paisaje, de la deformación del patrimonio y de la dependencia económica del extranjero, del “guiri” -añaden-. Sabemos que el modelo de turismo actual tiene las horas contadas; lo que no sabemos es cómo ni cuando será el final”.

“La gran pregunta que recorre Postals es si es posible viajar sin explotar, colonizar o destrozar de alguna forma los lugares que visitamos, y sin molestar a sus habitantes. Es una invitación a reflexionar, siempre desde el humor, sobre nuestra responsabilidad en cómo tratamos a los demás cuando visitamos sus casas”, señala Guadalupe Sáez, quien ha desarrollado el texto en coordinación constante con Pons y Garcelán.

Equilibrio entre el humor y la crítica social

“El recurso a los saltos temporales aportan mucho ritmo y agilidad a la pieza, en la que el público verá muchos cambios de escenario -explica Pau Pons-. Además de la pantalla de proyección, donde vemos imágenes reales de cada periodo, hemos introducido muchos efectos sonoros y música en directo para trasladar al público a distintos momentos de nuestra historia reciente. Creo que es una obra que conectará con el público de distintas generaciones, desde los que recuerdan el famoso baño de Fraga y las canciones de Julio Iglesias hasta los que vivieron los inicios de la música mákina, pero también con los jóvenes que hoy encuentran tantas dificultades para encontrar un piso de alquiler en las ciudades”.

“Aunque la obra tiene un claro trasfondo de crítica social, utilizamos el contrapunto del humor, la exageración y la capacidad de reírnos de nosotras mismas al pensar en cómo hemos llegado a esta situación. Hay un equilibrio en todo momento entre el discurso crítico y el tono distendido”, concluye.