31 octubre, 2025

Dos miradas sobre la libertad, la identidad y la resistencia frente a  los sistemas opresivosllegan a la Mostra

Por redacción puntocomunica
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  • ‘The Flying Meatball Maker’ de Rezan Yeşilbaş y ‘Cinema Jazireh’, de Gözde Kural compiten por la Palmera de Oro

Valencia, 31/10/2025
Tras un exitoso recorrido por festivales internacionales, las dos cintas que llegan a la Sección Oficial de la Mostra de València – Cinema del Mediterrani reflejan la vitalidad y diversidad del cine turco contemporáneo.

El director Rezan Yeşilbaş, acompañado de la actriz Selin Yeninci y el productor Mustafa Dak, presentó ayer jueves ‘The Flying Meatball Maker’. En ella narra la historia de Kadir, un cocinero de albóndigas, padre de tres hijos, con un deseo irrefrenable en su vida: volar en parapente. Para ello, deberá desafiar a la tradición, a su familia e incluso a las condiciones climatológicas adversas, como la falta de viento.

La historia, que valió a Nazmi Kirik el premio al Mejor Actor en el pasado Festival de Estambul, está basada en un personaje real. “Esta historia está inspirada en un señor kurdo que quería volar. La idea me pareció fascinante para desarrollar un relato y hacer una película, así que me fui a conocerlo”, ha explicado Rezan Yeşilbaş. Pese a ello, la película construye su propio universo narrativo: “No es su biografía, pero construimos un mundo ficcional inspirado en él”.

Las relaciones familiares son otro de los pilares del largometraje. Según Selin Yeninci, “la película habla sobre los sueños que se pueden hacer realidad, pero también es una historia de amor, ya que la esposa del protagonista le apoya en su deseo y tiene que hacer frente a las habladurías”. El retrato de su personaje, añade la actriz, es también un reflejo del rol de la mujer en su país: “En Turquía, cada mujer debe encontrar su espacio individual, pero antes debe tener un equilibrio con su casa, su marido, sus hijos y luego su propio lugar para ella misma. El amor es lo que sostiene todo eso”.

Yeşilbaş ha recordado, con emoción, que “el personaje que inspiró al protagonista y su familia fallecieron en el terremoto de Turquía por la mala construcción de las viviendas. Era un hombre lleno de vitalidad que nos estará viendo ahora desde el cielo”.

Para el director, el acto de volar trasciende lo físico para convertirse en una metáfora de libertad: “El protagonista intenta una y otra vez volar. Yo, como director, intento volar haciendo cine. Ese sentimiento compartido está en toda la película, y en verdad, todos perseguimos ese alivio, esa sensación de liberación”.

Yeşilbaş afirma sentirse atraído por las historias sencillas que esconden profundidad: “Me encantan las historias aparentemente simples porque dentro de la simpleza siempre hay dificultad. Me gusta adoptar una visión objetiva, no juzgar a mis personajes. En mi país estamos viviendo muchos cambios y se están perdiendo tradiciones, y me gusta escribir sobre eso”.

En cuanto al desenlace, el cineasta defiende un final abierto: “No me gustan los puntos y finales en las películas; me gusta que el público se quede pensando, que sea un final abierto, ya que una vez nos creemos al personaje, es el espectador quien tiene que rellenar las posibilidades que éste tiene de seguir”.

Concienciar sobre la situación de las mujeres afganas

Por su parte, la directora Gözde Kural y el productor Bulut Reyhanoglu han llegado a València con ‘Cinema Jazireh’, una película que aborda la historia de Leyla, una mujer afgana que sobrevive a la masacre de su familia y emprende la búsqueda desesperada de su hijo desaparecido. En un país donde ser mujer equivale a ser invisible, decide disfrazarse de hombre para poder moverse libremente. Su viaje la lleva a descubrir una red de explotación infantil que utiliza un falso cine —el Cinema Jazireh del título— como tapadera para secuestrar a jóvenes y prostituirlos.

Inspirada en dos prácticas reales de la región —el Bacha Posh, en la que niñas son criadas como varones, y el Bacha Bazi o “niños bailarines”, en la que menores son travestidos para ser prostituidos—, la directora busca un enfoque íntimo y político sobre la vida bajo el régimen talibán. “No quería contar una sola historia, sino un pequeño universo de recuerdos y resiliencia. El cine es el lugar donde convergen esas vidas, donde la esperanza aún puede asomarse incluso en los lugares más oscuros”, explica Kural.

La cineasta, que confiesa haber pasado mucho tiempo en Afganistán, añade: “Mi primera película la rodé en Kabul y esta es un reflejo de mis sentimientos y emociones sobre este país”. Su vínculo con Afganistán, aclara, es “únicamente como ser humano”: “Yo nací en Turquía y allí siempre nos dicen que debemos ir a Occidente, pero yo decidí ir a Oriente. Afganistán es un país que hemos abandonado, como muchos otros donde hay guerras y es un infierno para las mujeres. Quería reflejar fragmentos de esas vidas y destacar que hay esperanza”.

Kural también profundiza en la complejidad del género y la sexualidad en Afganistán: “Conocí a chicos involucrados en el Bacha Bazi. Muchos no se veían a sí mismos como queer, solo intentaban sobrevivir complaciendo a hombres mayores. Uno de ellos me dijo: ‘Este es mi paraíso. No tengo ningún otro sitio adonde ir’. Esa frase está en la película, porque resume lo que significa vivir sin opciones”. 

Sobre las dificultades del rodaje, Kural explica: “Rodamos algunas escenas en una zona fronteriza, pero la mayor parte se filmó en Turquía. Hoy en día, rodar en Afganistán es casi imposible, no sólo por razones políticas, sino porque la infraestructura para el arte ha sido desmantelada. Ni siquiera los artistas locales pueden trabajar libremente”.

La directora reconoce que su intención fue “transmitir significados confusos, porque cuando las cosas empiezan a ser opresivas, la justicia ya no es justicia y las mujeres ya no son mujeres, todos tratan de sobrevivir. Me muevo en una escala de grises sin delimitar ni el bien ni el mal”. Con ello, afirma, busca “transmitir la idea de resistencia”. Finalmente, Kural concluye que su película pretende concienciar “sobre la situación de las mujeres afganas, su falta de educación y derechos fundamentales, así como la pobreza generalizada”.

‘Cinema Jazireh’ ha tenido una destacada trayectoria en el circuito internacional de festivales. Tras su estreno en el Festival de Adana Altın Koza, la cinta participó en la Mostra de Cinema de São Paulo y posteriormente, fue seleccionada en la competición oficial del Karlovy Vary.