Dos óperas primas que exploran la identidad y los límites entre el sueño y la realidad se suman al concurso de la 40ª Mostra de València
- ‘Orfeo’, del italiano Virgilio Villoresi, y ‘Aisha Can´t Fly Away’, del egipcio Morad Mostafa
Valencia, 27/10/2025
Dos nuevas películas han llegado hoy a competición para revelar el poder del cine como territorio de exploración poética y social. Se trata de ‘Orfeo’, del italiano Virgilio Villoresi, y ‘Aisha Can’t Fly Away’ del egipcio Morad Mostafa.
Los actores Giulia Maenza y Luca Vergoni han presentado hoy ‘Orfeo’ en la Sección Oficial, una película que narra la historia de un pianista que se enamora de una misteriosa mujer que desaparece en un reino sobrenatural. Siguiéndola a través de una puerta, el protagonista se adentra en un mundo fantástico y onírico en el que la música y los recuerdos se convierten en su guía.
El primer largometraje del italiano Virgilio Villoresi es un viaje hipnótico que combina técnicas artesanales, animación y cine experimental. Rodada en 16 mm y con decorados construidos a mano, la película evoca la magia del cine clásico desde una mirada contemporánea. “‘Orfeo’ nació de la novela gráfica ‘Poema a fumetti’ de Dino Buzzati, una obra que me fascinó por su imaginería y poder evocador”, explica el cineasta. “Fue una oportunidad para mezclar lenguajes distintos —la animación artesanal, el cine experimental y las técnicas ópticas— en un relato simbólico y sensorial. Quería que el espectador se embarcara en un viaje onírico más que seguir una narrativa tradicional”.
El actor Luca Vergoni, que debuta con su primer papel protagonista, recuerda que la aventura comenzó hace más de dos años y medio: “El rodaje se llevó a cabo íntegramente en la productora de Virgilio, donde pudimos recrear todas las escenografías y recuperar el espíritu del cine clásico. Trabajar de una forma tan física daba la impresión de estar en espacios mucho más grandes de lo que realmente eran”.
Vergoni destaca que el proceso fue “peculiar y completamente nuevo” para él: “He tenido que trabajar con personajes que no existían -marionetas, objetos, miniaturas-. Sabía exactamente cómo eran todas, porque el stop motion requería una precisión extrema: cada plano podía implicar entre cuatro y ocho segundos de acción, pero tardamos horas en rodarlo. Era un trabajo de paciencia y coordinación”.
También subraya el papel esencial de la música en la película: “Las escenas musicales fueron concebidas casi como videoclips. No teníamos aún la banda sonora definitiva, pero trabajábamos ajustando el minutaje con el compositor. Las músicas son fundamentales para entrar en el tono del sueño y del mito”.
Para el actor, colaborar con Villoresi ha sido una experiencia transformadora: “Virgilio es más un artista que un director. Su fantasía está fuera de lo común y del tiempo. Quiso demostrar que todavía hay magia en el cine más allá de los efectos digitales. No buscaba comodidad, sino autenticidad: stop motion, cine artesanal, trabajo manual… por eso el rodaje se extendió más de dos años. Pero el resultado es profundamente personal, una película que respira su universo”.
Inspirado en la “forma un poco loca” con la que Buzzati reinterpreta el mito en su novela gráfica, Vergoni confiesa que el proyecto le despertó una gran curiosidad: “En Italia no es una obra muy conocida, pero me parecía necesario llevarla al cine. Sentí que hacía falta hacerlo, y que podíamos rendir homenaje a esa mezcla entre lo mitológico y lo contemporáneo”.
Una exploración de la soledad del marginado y su derecho a soñarPor su parte, ‘Aisha Can’t Fly Away’, presentada por su director Morad Mostafa y la productora Sawsan Yusuf, llega a la Mostra con la historia de Aisha, una cuidadora sudanesa de 26 años que vive en el corazón de El Cairo. Atrapada entre una relación ambigua con un joven cocinero egipcio, las amenazas de un gánster que la chantajea para hacer un trato inmoral a cambio de seguridad y un nuevo empleo en un hogar desconocido, la protagonista lucha por preservar su identidad y sus sueños en una ciudad que no deja espacio para la fragilidad. En la creación del personaje principal, asegura el director, “le pedimos a la actriz que ocultaran sus emociones para retener todas las emociones y angustia” .
Mostafa, que destacó con el cortometraje ‘I Promise You Paradise’ —galardonado con el Rail d’Or en la Semana de la Crítica de Cannes 2023—, aborda aquí la soledad y el desarraigo: “Hace un tiempo, viajando en un autobús público en el Cairo, vi a una chica africana dormir con la cabeza apoyada en la ventana. De pronto se despertó llorando y gritando, se bajó sin decir una palabra. Esa imagen se quedó conmigo. Me pregunté muchas veces: ¿cuáles eran sus sueños y temores?”, recuerda Mostafa sobre el origen de la película. Junto a ello, destaca que sus dos cortos anteriores hablaban también de africanos migrantes y que “en el cine egipcio no hay personajes que no sean egipcios”.
El cineasta insiste en que su obra trasciende la temática migratoria: “No es solo una historia sobre migración. Es una película universal. Aisha sabe que no puede vivir en paz en un mundo donde la piel determina tu lugar. Es una historia sobre pertenencia, sobre el deseo de ser visto. Una exploración profunda de la soledad del marginado, que aún así se atreve a soñar y encontrar luz en la oscuridad”. Una cinta en la que “fluctúan además diversos género como drama social, thriller o terror corporal”.
Respecto al título y su alusión a la imposibilidad de volar y liberarse de la protagonista, Mostafa asegura “que aunque el final no es esperanzador si que está abierto a otro capítulo”.

