El tamaño y la posición del dibujo de un niño, claves para entender qué sienten

• Las manifestaciones artísticas de los más pequeños son una herramienta eficaz para descubrir cómo se relacionan con el mundo

Valencia, 10/11/2012
El tamaño, la posición, el color, las formas o el trazo de los dibujos de un niño son detalles que nos permiten comprender sus sentimientos y cómo se relaciona con su entorno. Ésta es una de las conclusiones ofrecidas por la especialista en Psicología del Niño y del Adolescente, Micaela López Cuesta, en la jornada que la Fundación Cuadernos Rubio ha organizado sobre la materia.

El encuentro ha tenido lugar esta mañana, en la sala de Conferencias del Centro Cultural y Deportivo La Petxina, y ha reunido a cerca de un centenar de profesionales relacionados con la educación, como pedagogos, psicólogos, psicopedagogos, maestros o terapeutas ocupacionales.

Estas manifestaciones artísticas son un medio de comunicación que los más pequeños utilizan, en ocasiones, para transmitir lo que sienten cuando no saben o no pueden hacerlo de otro modo. Se trata de un procedimiento muy útil y sencillo para todas las personas que trabajen con niños ya que éstos lo usan de manera natural.

Por ejemplo, un dibujo centrado en el folio, proporcionado en sus formas y con un trazo continuo y firme nos dirá que estamos ante un niño equilibrado. Si las pinturas se concentran en la parte izquierda del papel, se puede deducir que ese pequeño está muy ligado a su familia y a su pasado y si lo hace a la derecha, podremos decir que busca adentrarse en el futuro. Aunque, como apunta López Cuesta, “debemos entenderlos como un canal de información más, son complementarios de otras técnicas para profundizar en las emociones del niño”.

Javier Marco, director de la Fundación Cuadernos Rubio y organizador de esta jornada, ha valorado positivamente la elevada participación de los docentes valencianos en el encuentro y ha destacado que el objetivo del mismo es “proporcionar las claves básicas que permitan reconocer las señales emocionales para interpretar y descifrar el mensaje de un niño en forma de dibujo. Así los educadores pueden optimizar sus recursos a través de lo que los más pequeños comunican”.