11 noviembre, 2019

Estrategia vs política

Por redacción puntocomunica
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Estrategia vs políticaValencia, 11/11/2019, Mario Beltrán Pilato
No cabe ninguna duda. Las estrategias de las principales formaciones políticas de este país (España), no han dado el fruto que esperaban, que no era otro que conseguir el poder o minimizar ese poder en el contrario. Y lo grave es que no han aprendido nada, que siguen con los mismos planteamientos simplistas y muy peligrosos: no acordarse del pasado, que significa no conocer su propia historia, y utilizar todos los medios a su alcance para lograr el fin sin tener en cuenta el daño colateral y el resultado definitivo.

Pero emborrachados en esa dinámica, aunque no todos, apoyados por los afines puestos por ellos mismos, ocupando los instrumentos de poder como medios de comunicación favoreciendo a las voces amigas a cambio de visibilidad y dinero, claro, se han dado un buen batacazo.

Estaba cantado. Cuando creas la alarma una y otra vez no sólo avisas al pastor que viene el lobo. También avisas al lobo que te están esperando. Y eso es lo que nos hemos encontrado.

La estrategia seguida por Pedro Sánchez, no compartida por todo el PSOE, no ha sido otra que advertir que llegaba la extrema derecha a un país en la que no existía o era irrelevante. Su objetivo no era otro que dividir a la derecha para poder lograr el poder de forma más cómoda. Esa fue la fórmula utilizada por el presidente Miterrand que provocó el ascenso de Le Pen, de la ultraderecha en Francia. Aunque en este caso hay que matizar otros condicionamientos como que la clase obrera y la desaparición del comunismo, favoreció que décadas después esa clase obrera se situara o apoyara a la ultraderecha porque le aseguraba estabilidad económica. Populismo, al fin y al cabo.

Lo dicho. Mentar al diablo lleva a estas cosas. Focalizar en el temor que vuelve Franco, cuando lleva cuarenta años muerto y ni mis hijas saben quién era, que sí lo saben, nos ha llevado a un panorama político del que nadie sabe cómo vamos a salir. Y Sánchez quiere seguir siendo presidente. Por lo menos Albert Rivera ha dimitido.

La historia, esa que ni conocen, ni leen, ni les interesa, les pasará factura. De momento me siento muy avergonzado, porque los ciudadanos seguimos teniendo parte de culpa. Nos sigue pesando el corazón sobre el cerebro y eso a la hora de votar, que es la única posibilidad que tenemos, no es bueno.

De momento, y tras las elecciones, sólo puedo decir, y lo reitero, que me siento avergonzado de los políticos y de parte de la ciudadanía que por rencor, por dolor, por frustración o por ideología han apoyado un panorama ingobernable que vamos a pagar, y muy caro, todos.

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