24 febrero, 2016

Hackear un vídeo de YouTube: ¿la nueva moda empresarial?

Por redacción puntocomunica
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  • Con dicha práctica un tercero genera dislikes para afectar a la reputación y que el vídeo pierda visibilidad
  • En cuestión de minutos y por menos de 0,01 euros se pueden comprar “no me gusta” en la popular red social
  • Su vídeo https://www.youtube.com/watch?v=YqaU2j82JQU en el que se ve una entrevista hecha por @aliciasenovilla tuvo en un solo día 1.300 “no me gusta”

Madrid, 24/02/2016
Acabar con la reputación digital de una empresa hackeando un vídeo de su canal de YouTube y generando “dislikes” puede empezar a ser la pesadilla de muchas marcas. Así lo predice Juan Merodio , destacado influencer, conferenciante y consultor internacional en España, Latinoamérica y Canadá en Marketing, Web 2.0, Redes Sociales y Transformación Digital, quien además ha sufrido esta mala praxis en primera persona. “No es de extrañar que se empiece a atacar la reputación online de un vídeo de YouTube hackeandolo para hacerlo desaparecer. El principal objetivo de este tipo de acciones es reportar, mediante malas prácticas, que el vídeo no es adecuado en cuanto a contenido. De esta forma se logra que toda la viralidad orgánica que tiene desaparezca, se baja radicalmente el número de visualizaciones y posteriormente que YouTube lo elimine de su plataforma, con el consiguiente perjuicio que esto conlleva para el propietario del vídeo”, explica el reconocido experto.

Un hackeo que a quien lo provoca apenas le cuesta dinero pero quien lo sufre le puede causar grandes pérdidas tanto en reputación como en su cuenta de resultados. “Echar piedras sobre la reputación de un tercero sin dejar huella sale demasiado barato. Tanto es así que me atrevería a decir que cualquier persona con dudosa ética empresarial puede beneficiarse jugando al ataque de su competencia. Y es que se pueden comprar a través de tarjeta bancaria dislikes (no me gusta) en vídeos de YouTube en cuestión de minutos por menos de 0,01€ cada uno. Realmente me parece una práctica muy grave en la que YouTube debe tomar serias cartas en el asunto porque puede llegar a convertirse en una auténtica pesadilla para una empresa”, recalca Merodio.

En cuanto a quién puede hackear un vídeo en YouTube para Merodio la respuesta puede estar en algún competidor “o alguien que por las razones que considere, decide invertir tiempo en hacer daño al buen trabajo de otro en lugar de hacer bien el suyo. El problema de estas prácticas es que YouTube es el único que puede ponerle freno, y desde la parte afectada no permite hacer ningún tipo de rastreo para ver el origen, ya que en mi caso particular los dislikes están repartidos por ciudades de todo el mundo”, agrega el influencer.

Sobre lo que se puede hacer para contrarrestar esta mala práctica Merodio expresa que lo primero es “reportarlo a YouTube. Mi pregunta es si dicha red responde. Yo de momento ya lo he hecho y sigo a la espera de respuesta por su parte. Mientras se pueden incentivar los “me gusta”, pero eso no valdrá de nada. Solo queda la resignación”, finaliza.

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