¿Teléfono móvil antes de los 16? ¡Más nos vale!

A raíz del alud de noticias sobre las iniciativas para retrasar el teléfono móvil, la operadora de telefonía consciente Somos Conexión advierte: prohibir completamente el móvil hasta los 16 años puede ser una medida contraproducente

En las últimas semanas, un nuevo fenómeno está recorriendo las familias con hijos en edad escolar. Muchas madres y padres se están organizando a través de herramientas de mensajería para, entre otras medidas, retrasar la compra del primer móvil hasta, al menos, los 16 años.

Los grupos de Whatsapp y Telegram ya suman miles de participantes, y el fenómeno, iniciado en Cataluña, se está expandiendo al resto del estado.

La noticia llegó a los medios esta semana y al cabo de pocos días el Departamento de Educación de la Generalitat anunció que quiere elaborar, antes de finalizar el año, un documento con recomendaciones para la regulación del móvil en las aulas.

Todo parece indicar que la propuesta estrella será prohibir el móvil en las escuelas durante toda la educación obligatoria (hasta los 16).

Por una introducción progresiva y consciente de la telefonía móvil
La cooperativa de telefonía Somos Conexión se suma a este objetivo, ya que, como muchos estudios confirman, el móvil se asocia a una bajada del rendimiento escolar y al aumento y agravamiento de casos de acoso, pudiendo generar depresión y otros problemas graves.

Sin embargo, añaden un matiz importante. La principal preocupación de la entidad es ver cómo se están adoptando posturas maximalistas: «La prohibición del móvil en las escuelas puede ser entendida como una cuestión de «todo o nada», cuando la realidad es que es altamente probable que el móvil acabe formando parte de las vidas de los menores tarde o temprano, señala Mercè Botella, coordinadora de la cooperativa.

“A menudo se hace la comparación con el tabaco, donde la prohibición es la medida más lógica y adecuada porque lo que se quiere es evitar su consumo a toda costa. Pero la realidad es que el móvil se ha convertido en una herramienta imprescindible del día a día: para trabajar, para informarse, para tener una cuenta en un banco, para comprar un billete de transporte… si preguntamos a las familias, ninguna dirá que su objetivo es que su hijo decida no tener móvil cuando sea mayor”, explica Botella.

Por tanto, prohibir el móvil en las escuelas es una medida muy razonable, pero prohibir a los niños el contacto total con esta tecnología puede ser, incluso, contraproducente. Si esperamos a los 15 o 16 años, la comunicación y el acompañamiento son mucho más complicados a estas edades porque los adultos (progenitores, educadores) dejan de ser los referentes, entrando mucho más en juego la presión social del entorno de su edad.

El aprendizaje de la cooperativa va justamente en la otra dirección: Mercè Botella afirma que la principal conclusión de su experiencia es que “es necesario que las familias tomemos el control de la situación y seamos las que enseñamos a utilizar la herramienta.

“Ya hace 4 años que Somos Conexión trabaja con familias y escuelas, impartiendo talleres y recogiendo las inquietudes de las familias”, explican, porque, como concluye Botella, “si no lo hacemos nosotros, la misma herramienta toma el control. El móvil nos utiliza a nosotros”.

El resultado de esta tarea se materializó en una guía que la cooperativa repartió de forma gratuita a principios de 2023. El día de hoy ya llevan más de 60.000 unidades repartidas entre centros escolares, agrupaciones juveniles y familias.bEn la guía, titulada con ironía «Guía para familias crueles y malvadas» se proponen unas etapas de incorporación de esta tecnología y se dan consejos y trucos para conseguir la introducción paulatina y consciente.

En este sentido, la cooperativa aplaude el objetivo que se han fijado las familias de retrasar la compra del primer móvil. De hecho, uno de los principales consejos de la guía es no empezar con un móvil propio, sino con un móvil propiedad de “la familia” que se utiliza sólo cuando es realmente necesario.

Por otra parte, en la guía también se incide en que, en las primeras fases, este uso debe ser siempre supervisado y deben ponerse límites en el tiempo y en la forma de utilizarlo. En resumen: el menor, cuando empiece a utilizar móvil, debería hacerlo con un acompañamiento constante.

Pongamos el foco en lo verdaderamente importante
Pero no hay que perder de vista el problema de fondo, señalan desde Somos Conexión. Más allá de lo que puedan conseguir iniciativas colectivas o propuestas pedagógicas como la guía, instan a seguir ampliando la mirada. Y es que «las empresas que monopolizan nuestros móviles con sus aplicaciones (juegos, redes sociales, etc.) han convertido esta herramienta en un instrumento altamente nocivo para todos, no sólo para los menores”, aseguran.

Ya en 2017, Sean Parker, uno de los creadores de Facebook, reconocía en una entrevista que la red social había sido diseñada para explotar una vulnerabilidad de la psicología

humana. La idea era simple: convertir Facebook en un «circuito cerrado de retroalimentación de validación social».

Esto es extrapolable a todas las redes sociales. De hecho, aquellas que giran en torno a lo visual y explotan la exposición de la propia imagen (como Instagram o Tik Tok) tienen un impacto mayor en la autoconcepción de los y las adolescentes, y así lo han alertado varios estudios. Incluso los internos: en septiembre de 2021, The Wall Street Journal hacía público un documento interno donde la propia Facebook (ahora Meta) reconocía que Instagram actúa contra la autoestima de una de cada 3 adolescentes. “En vez de prohibir el móvil a los menores, deberían prohibirse a las grandes corporaciones utilizar aquellos mecanismos que hacen que el móvil sea tan adictivo y nocivo. Por ejemplo, están empezando a aparecer diferentes iniciativas como la del Parlamento Europeo que pronto propondrá la prohibición del scroll infinito”, comenta Mercè Botella.

Desde la cooperativa lo tienen claro: es necesario trabajar a todos los niveles con las familias, las escuelas y las instituciones. Pero también es necesario cuestionar algo que hemos asumido como natural: que el móvil nos controle. O mejor dicho, que unas pocas corporaciones se apoderen de nuestros datos y de nuestra atención (es decir, de nuestra vida) a través de sus aplicaciones. “Solo regulando estas grandes empresas, podremos revertir la situación”, aseguran; y concluyen que “sólo poniendo el bienestar de las personas en el centro podremos conseguir una telefonía más saludable».

Fuera de la escuela: móvil inteligente no, móvil tonto sí
Una de las cosas en las que más se incide desde la cooperativa es que es necesario diferenciar entre los móviles inteligentes y los que no lo son.

Los móviles antiguos (los famosos Nokia, por ejemplo), no generan los problemas mencionados y pueden ser útiles para que la familia pueda mantener un canal de comunicación con su hijo o hija, especialmente en aquellas etapas donde la niña o niño empieza a desplazarse solo.

Desde los grupos autoorganizados de familias ya se está empezando a comentar la posibilidad y algunos padres y madres están compartiendo fotografías de aquellos dispositivos prehistóricos que guardaban en un cajón.

En Somos Connexión están encantados con la iniciativa. Para tener unos niños más inteligentes, quizás es necesario recuperar los móviles tontos.

Acerca de Somos Conexión
Somos Conexión es una cooperativa de telecomunicaciones sin ánimo de lucro que ofrece una alternativa de consumo en los servicios de telefonía móvil, fijo e Internet. Fundada en 2015, la iniciativa trabaja en colaboración con entidades sociales comprometidas con un mundo más sostenible y equitativo.

Enmarcada en la Economía Social y Solidaria (ESS), Somos Conexión empodera a las personas socias, que además de consumidoras, son las propietarias y quienes toman las decisiones en la cooperativa. De este modo, buscan transformar el mundo a través del consumo responsable, guiándose por principios de transparencia, conciencia social y ambiental.