6 enero, 2020

Alicante implanta un programa pionero para combatir la desnutrición en pacientes ambulatorios mayores de 65 años

Por redacción puntocomunica
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  • Se trata de una ruta asistencial centrada en la detección de pacientes desnutridos o en riesgo de desnutrición para mejorar su estado nutricional
  • Un 22% de los pacientes del departamento está en riesgo de sufrir este problema y un 12% presentan desnutrición

Alicante implanta un programa pionero para combatir la desnutrición en pacientes ambulatorios mayores de 65 años

Alicante, 06/01/2020
La sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario de Alicante, en colaboración con la dirección de Atención Primaria del departamento de Salud de Alicante, ha implementado una ruta asistencial integrada (pacto formal entre profesionales y organizaciones de diferentes ámbitos asistenciales que operan en un mismo territorio), pionera en la Comunitat, con el objetivo de detectar pacientes desnutridos ambulatorios (que están siendo atendidos en los centros de salud), y para mejorar el abordaje de este problema de salud, que puede llegar a afectar hasta al 21% de las personas mayores de 65 años.

«La sistemática de la ruta es sencilla, pero efectiva: a todo paciente mayor de 65 años que sea atendido en un centro de salud se le realiza una valoración nutricional, que nos permite clasificarlo en normonutrido, en riesgo de desnutrición o desnutrido», ha señalado el doctor Ángel Luis Abad, responsable de la unidad de Nutrición Clínica y Dietética.

Este programa se alinea con la ‘Alianza más nutridos’, estrategia impulsada por diferentes sociedades científicas sanitarias de ámbito nacional, sensibilizadas con la nutrición, con el fin de aumentar el conocimiento y la importancia de la desnutrición relacionada con la enfermedad y sus costes en el sistema sanitario.

La desnutrición constituye un grave problema de salud, ya que los pacientes que la padecen tienen una mayor vulnerabilidad a los procesos infecciosos, más dificultad en la cicatrización de las heridas, peor respuesta a los tratamientos pautados y, en general, un aumento de la morbilidad; es decir, más complicaciones médicas que aquellos individuos enfermos que no la sufren. Además, provoca que su calidad de vida sea peor, tengan mayor tasa de reingresos hospitalarios y de mortalidad, así como un incremento de los costes sociosanitarios asociados.

«Otro factor a tener en cuenta es que en los pacientes mayores de 65 años es muy frecuente la aparición de problemas de la deglución, conocida esta enfermedad como «disfagia», y que provoca atragantamientos al comer o beber, con el riesgo elevado de desarrollar una «neumonía por aspiración», ha apuntado el doctor Ángel Luis Abad.

Importancia de la detección precoz
La detección precoz es esencial para el pronóstico del paciente, por lo que la necesidad de sistematizar la valoración nutricional es uno de los pasos esenciales para combatir la desnutrición. Así, la ruta lleva ya desarrollada una primera fase de implantación de esta detección en los centros de atención primaria del departamento, con la identificación de los pacientes ambulatorios en riesgo de desnutrición o con desnutrición.

«Se decidió comenzar por el paciente ambulatorio, mayor de 65 años, por el carácter preventivo y de educación sanitaria que implica y porque son los pacientes con una expectativa de vida mayor y donde las acciones preventivas van a tener un mayor impacto en salud», ha indicado el coordinador de la ruta, quien ha explicado que «en los resultados preliminares, se han constatado cifras de prevalencia del riesgo de desnutrición en el departamento es del 22% (a nivel general, oscila entre el 11 y el 40%) y la prevalencia de la desnutrición es del 12% (esta se suele situar entre el 2,2 y el 21%)».

Otro aspecto a destacar de este programa es la formación continuada de los equipos sanitarios de Atención Primaria, y por ello, se han realizado sesiones en todos los centros de salud dirigidas a los profesionales implicados con el objetivo de dar a conocer la ruta y abordar la valoración nutricional, las complicaciones como la disfagia o la dietoterapia para el paciente en riesgo o los factores sociales.

En la siguiente fase se va a potenciar la educación sanitaria de la población como un eje primordial de este programa. En los casos en que se detecte una situación de riesgo nutricional se va a establecer una estrategia preventiva con inclusión del paciente en un programa de educación nutricional grupal y seguimiento por parte de su equipo de Atención Primaria. Si se diagnostica desnutrición, además de la educación grupal, se va a realizar una atención individualizada del caso.

Asimismo, «es fundamental el registro del diagnóstico de desnutrición en la historia clínica del paciente, del mismo modo que registramos si padece diabetes mellitus tipo 2. También se deben realizar las medidas antropométricas básicas a estos pacientes en consulta (pesar y tallar) y anotar estas intervenciones en la historia para la correcta codificación», ha remarcado. Esto tiene como beneficio aumentar la calidad de las historias clínicas, así como poner en evidencia un problema de salud en el paciente y establecer las medidas oportunas para solucionarlo.

La filosofía de la Ruta Asistencial Integrada obliga a que el conjunto de intervenciones sean continuamente evaluadas, mediante reuniones mensuales del grupo motor, que van a permitir una valoración de resultados de la ruta, con el fin de implementar las medidas que sean adecuadas y de mejorar allí donde sea preciso. «Con todo, se espera optimizar el estado nutricional de los pacientes, lo que va a repercutir en la preservación de su estado de salud», ha concluido.

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