14 noviembre, 2012

Falomir lanza Rompecorazones, un original juego que pone a prueba el grado de conocimiento y complicidad existente en las parejas

Por redacción puntocomunica
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Un juego que permite descubrir, de forma amena y divertida, la complicidad existente en las relaciones de pareja mediante 386 preguntas desafiantes

Falomir lanza Rompecorazones, un original juego que pone a prueba el grado de conocimiento y complicidad existente en las parejas
Valencia, 14/11/2012
Falomir Juegos, compañía familiar valenciana, ha lanzado al mercado Rompecorazones, un original y divertido juego de preguntas y respuestas diseñado para poner a prueba el grado de conocimiento y complicidad existente en las relaciones de pareja.

Se trata de un juego que incorpora un tablero y 386 desafiantes preguntas, entre las que se pueden encontrar divertidos ejemplos como ¿Cuál es el número favorito de tu pareja?, ¿Con qué personaje famoso se iría tu pareja a una isla desierta? y muchas más cuya respuesta puede suponer un verdadero reto para las parejas participantes, mínimo dos y máximo cinco.

En Rompecorazones, un tablero va guiando a las parejas participantes a través de un recorrido por el terreno personal, donde una respuesta acertada o desacertada puede provocar carcajadas, o tal vez lo contrario… Lo que el juego garantiza es la diversión entre las parejas participantes, y a su vez, contribuye a que se conozcan mejor de una forma divertida.

A lo largo del juego, un dado determina el tipo de pregunta a responder de la pareja que tenga el turno de juego. Las preguntas deben ser leídas en voz alta y respondidas por escrito. En el caso de que las respuestas sean coincidentes su peón permanecerá en la casilla en la que estaba, en el caso contrario el peón avanzará una casilla en sentido ascendente.

Existen preguntas de diversos tipos, Fáciles, Sorpresa, Difíciles y Picantes. Ganará la pareja que logre permanecer en el tablero de juego una vez que el resto hayan sido eliminadas.

La posibilidad de responder a determinadas preguntas íntimas, e incluso de comprobar cómo el resto de las parejas acierta o se equivoca, genera un entorno de ocio social donde la diversión está garantizada. No hay más que lanzar el dado, poner a punto el reloj de arena y asumir el reto de conocer a cada pareja… o no.

Al tratarse de un juego que se desarrolla en compañía, las demás parejas también participarán de esta realidad, evidenciando con ello el grado de complicidad existente o, llegado el caso, inexistente, lo cual incentivará aún más la diversión.

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