Rábano rusticano, potente antiséptico, digestivo y estimulante circulatorio
Ya desde la Edad Media, el rábano rusticano (Armoracia rusticana) ha sido muy utilizado tanto en la cocina como en la fitoterapia en prácticamente todo el continente europeo. Se introdujo durante la edad media en Europa, utilizándose para la elaboración de numerosos remedios caseros.
Hoy en día es un ingrediente muy común en la gastronomía de Alemania, Francia, Italia, Inglaterra y países de Europa central. Su sabor es muy picante, recordando al de la cebolla.
Al rábano rusticano también se le conoce como rábano de caballo, rábano picante o raíz picante. Es una planta perenne de la familia de las crucíferas (Brassicaceae), en la que se incluyen la mostaza y las coles.
La raíz y las hojas del rábano rusticano contienen sinigrina (alil-glucosinato) y fenil-etil-glucosinolato, por lo que posee propiedades terapéuticas: diuréticas, antiescorbúticas, digestivas, revulsivas y rubefacientes.
El rábano rusticano está indicado como antiescorbútico, digestivo, sudorífico, diurético, depurativo, carminativo y pectoral. También se utiliza para aclarar manchas congénitas de la piel en infusión para lavados y en jarabe contra el raquitismo y la inapetencia.
