Un casco inteligente para detectar y prevenir traumatismos craneales
Euan Bowen, que jugó al rugby durante toda su etapa universitaria, decidió empezar a trabajar en este dispositivo tan especial, capaz de detectar la fuerza G y registrar la gravedad de un impacto, después de que un amigo suyo sufriera tres conmociones cerebrales en una sola temporada durante su último año de formación y tuviera que tomar la difícil decisión de anteponer sus estudios a su carrera deportiva.
«Cuando ves que un amigo o un compañero de equipo que acaba de sufrir conmociones cerebrales se confunde por los efectos secundarios, te interesas por su bienestar, pero también empiezas a profundizar en el tema», ha aclarado.
Su intención pasa por anular o eliminar parte del riesgo que asumen los jugadores cuando salen al terreno de juego, o que al menos detecte a tiempo las lesiones antes de que haya que lamentar daños irreversibles.
«Estaba tratando de descubrir si se podía frenar estos impactos antes de que sucedan, o incluso entender lo que produjo esa conmoción cerebral, ya sean múltiples impactos, o uno grande, para que haya un mejor diagnóstico o una recuperación más rápida», ha añadido.
