Capricho, de Almudena de Arteaga, PREMIO AZORÍN 2
14 abril, 2012

Capricho, de Almudena de Arteaga, PREMIO AZORÍN 2012

Por redacción puntocomunica
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Capricho, de Almudena de Arteaga, PREMIO AZORÍN 2Valencia, 14/04/2012
Editorial Planeta presenta la novela ‘Capricho‘, de la autora Almudena de Arteaga, PREMIO AZORÍN 2012. Capricho es una novela ambientada en el Madrid del S. XIX e impregnada de la mirada de Goya, el más fiel cronista de su tiempo. El pintor reconstruye el retrato de sus tres musas: la duquesa de Osuna,la duquesa de Alba y la duquesa de Chinchón.La novela narra la creación de “La Pepa”, que este año cumple 200 años

Una sociedad rendida al divertimento que estará a punto de perderlo todo en mano de los invasores napoleónicos
“Yo sigo viva y florezco cada primavera, siento el caminar de los paseantes que recorren mi Capricho, me llega el per­fume de las lilas que ordené plantar y el murmullo del agua en los estanques que mandé construir. Yo, que fui me­cenas de tantos artistas, que ideé un lugar mágico y eterno donde la única premisa fuera el solaz, florezco cada prima­vera (…). Y sigo aquí, viva a través de su vida, presente gra­cias a las obras de aquellos a quienes ayudé, como las de Goya, también vivas, que dan cuenta de quién fui y hacen hablar a mis ojos a través de los que él me pintó para contar que amé y luché; tuve hijos y fui querida, envidiada y vili­pendiada; estudié, disfruté y leí; sufrí una revolución y la caída de mis reyes; hubo quienes me tomaron por traidora a mis soberanos y otros por defensora de mi país; asistí a la creación de una España libre del invasor; presencié moti­nes y asesinatos; viajé, luché, creí… y viví.

La autora
Almudena de Arteaga (Madrid, 1967) es licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y Diplomada en Genealogía, heráldica y nobiliaria por el instituto Salazar y Castro. Ejerció la abogacía durante seis años, especializándose en Derecho civil y Laboral. Trabajó como documentalista en los libros de La insigne orden del Toisón de Oro y La orden Real de España, un ensayo histórico.

En 1997 publica su primera novela La princesa de Éboli y, después del éxito obtenido con ella, dejó el ejercicio del derecho para dedicarse en exclusiva a la literatura. A esta primera novela le siguieron, La Beltraneja, María de Molina, premio Alfonso X el Sabio 2004, Los ángeles custodios, El Marqués de Santillana, La esclava de marfil, o Catalina de Aragón, reina de Inglaterra.

Reconocida por la crítica como una de las más destacadas escritoras de novela histórica actuales, sus libros han llegado a permanecer más de cuatro meses en las listas de los más vendidos, con numerosas reediciones y se han traducido a varios idiomas.

Actualmente continúa escribiendo, conferenciando en foros literarios e históricos y colaborando como articulista en periódicos y revistas de ámbito nacional.

La novela
Amé y luché; tuve hijos y fui querida, envidiada y vili­pendiada; estudié, disfruté y leí; sufrí una revolución y la caída de mis reyes; hubo quienes me tomaron por traidora a mis soberanos y otros por defensora de mi país; asistí a la creación de una España libre del invasor; presencié moti­nes y asesinatos; viajé, luché, creí… y viví. Yo, como Goya, sigo viva, y ésta es mi historia”.

A principios del siglo XIX, entre la nobleza española se hablaba en susurros de la existencia de un retrato firmado por Goya que mostraba la figura de una mujer desnuda, tumbada en un diván. Se decía que la obra se mantenía en secreto por miedo a la Inquisición y porque la modelo era una de las damas más importantes de la corte. Pero ¿Qué es realidad y qué leyenda en uno de los cuadros más famosos de la historia de la pintura? ¿Quién fue realmente la modelo de La maja desnuda y cómo acabó el cuadro escondido entre otros desnudos de la colección secreta de Godoy, el primer ministro de Carlos IV?

La respuesta a esto es el hilo conductor de una novela que relata los convulsos y apasionantes años de la España de finales del XVIII y principios del XIX en boca de una de sus más ilustres ciudadanas: María Josefa Pimentel y Téllez-Girón, Pepa, condesa-duquesa de Benavente y Duquesa de Osuna, una mujer refinada, inteligente y culta que fue mecenas y amiga de Goya, para quién posó en más de una ocasión. Entre la intriga, el misterio, la crónica histórica y el relato íntimo, el lector asiste a una época en la que todo cambió: las estructuras seculares del Estado se tambalearon, España se enfrentó al ejército más poderoso del mundo y le venció y el país salió del marasmo absolutista para crear su primera constitución liberal.

En 1796, la duquesa de Benavente, Pepa, contempla la calle desde su residencia en la cuesta de la Vega y ve pasar al galope a un joven Godoy, un advenedizo que se ha hecho imprescindible en la corte y al que le gusta alardear de su poder y hacerse ver por las calles de Madrid. Es entonces cuando ve a su cochero atropellar a una mujer de forma fortuita. La duquesa hace que la metan en su casa para curarla. Se trata de Michelle Brayé, peluquera y sombrerera, una joven francesa que ha huido de su país tras la Revolución.

Michelle se convertirá en la nueva protegida de la duquesa, acostumbrada a ofrecer su mecenazgo a los artistas que lo necesiten. Precisamente, por aquel entonces, la duquesa está diseñando una nueva residencia a las afueras de Madrid, un espacio donde los artistas puedan crear sin ser molestados. Este lugar se convertirá en El Capricho, un entorno mágico que aún se conserva tal y como lo imaginó la duquesa. “Allí plantaría un aristocrático jardín francés con tiznes de romanticismo inglés para casar, a través de arbustos, senderos y macizos, a las dos naciones enemigas desde siempre”

Pepa, es enemiga declarada de Manuel Godoy, hombre culto y ambicioso, al que se enfrenta sin pelos en la lengua recriminándole sus excesos sexuales. Godoy la odia y está esperando el momento de poder vengarse de una mujer demasiado influyente en la corte para sus intenciones.

Pepita Tudó es la amante oficial de Godoy, pero Cayetana de Alba es su último capricho. Cayetana, prima de Pepa, es una viuda reciente, bella, apasionada y poco convencional, que ha decidido vivir la vida con total libertad, sin pensar en el qué dirán o en lo que es o no es correcto para una dama. Cayetana ha pasado el verano en su finca del sur con Goya. Allí, se comenta en voz baja, el pintor ha realizado un desnudo de la duquesa, pero cuando Pepa le pregunta a su prima esta ni niega ni afirma, jugando con su curiosidad. También con la de Godoy, que está empeñado en hacerse con el cuadro cueste lo que cueste. Para ello, incluso intentará utilizar a Pepa ofreciéndole una embajada para su marido en París si descubre dónde está el cuadro. Sabiendo que Michelle, su sombrerera anda en relaciones con un mozo de Goya, Pepa pide a la francesa que intente descubrir si el cuadro existe.

Sin embargo, los acontecimientos se precipitan. Godoy es mucho más ladino de lo que Pepa suponía y, sin saber cómo, el novio de Michelle aparece asesinado, la casa de Pepa es asaltada por unos desconocidos y Michelle acaba en la cárcel acusada de robo, y todo ello tendrá que ver con el cuadro que nadie ha visto y del que todos hablan.

Cayetana se convierte en amante de Godoy, que se ha casado con María Teresa de Borbón, condesa de Chinchón, una joven tímida, triste y dulce que odia a su marido, pero que tuvo que acceder a la boda para que su familia recuperara el rango que el rey les quitó hace mucho tiempo. Cuando, tras pocos meses, la relación entre Cayetana y Godoy se enfría, este vuelve a su mayor obsesión: los desnudos femeninos. Ahora es La Venus del espejo, propiedad de Cayetana, la que atrae toda su atención, pero la duquesa no está dispuesta a que Godoy consiga el cuadro.

Mientras suceden todos estos acontecimientos, España vive momentos de cambio. Luciano Bonaparte es nombrado embajador en Madrid. Se dice que es una especie de destierro propiciado por Napoleón para un hermano con el que no deja de tener desavenencias. Hombre ladino e inteligente, se hace amigo de todos y hace promesas que nunca cumplirá pero que Godoy se cree a pies juntillas. Los pactos de Aranjuez, que conceden a Francia prebendas inaceptables, levantan la ira de todos, en especial el permiso para atravesar España hacia Portugal a un contingente de miles de soldados. Nadie entiende qué intereses ocultos han forzado a los reyes a aceptar tal condición teniendo en cuenta que una hija de los reyes era la actual regente de Portugal. Todos se preguntan qué han podido ofrecerle los franceses a Godoy que este ya no tenga en España. La gente está harta del favorito, de esa especie de triunvirato entre los reyes y él que no trae nada nuevo. Se habla de conjuras. Cada vez se soporta menos la incómoda alianza con Francia.

Cayetana de Alba muere en extrañas circunstancias y cuando su cadáver aún está caliente, los carroñeros de palacio se harán con un gran número de bienes de la duquesa, varios palacios, joyas y, sobre todo, las pinturas que tanto había deseado Godoy.

El príncipe Fernando y un grupo de nobles se confabulan contra los reyes, pero al ser descubiertos, Fernando reniega de sus seguidores y pide perdón a sus padres, mostrando su cobardía. Mientras padre e hijo riñen, las tropas de Napoleón siguen entrando en España con la disculpa de pasar a Portugal. El pueblo no puede más y, guiados por la nobleza enemiga de Godoy, consiguen la defenestración de este y la posterior abdicación de Carlos IV en su hijo, Fernando. Murat libera a Godoy y este marcha a Bayona para reunirse con los reyes abdicados que buscan en Napoleón la ayuda para retomar el trono.

El rey Fernando viaja a Bayona por el simple capricho del emperador, haciendo oídos sordos a todos los que le advierten del peligro. Pero la promesa de ser reconocido como rey por Napoleón ofuscaba sus entendederas. Así Fernando es retenido en Bayona junto con el resto de la familia real. Y, entonces se conoce la noticia: Murat ha entrado en Madrid con sus soldados y Napoleón ha ofrecido a su hermano José la corona española sin reconocer a Fernando, lo que será el detonante definitivo para el levantamiento del pueblo español contra los franceses.

La historia más íntima de unos tiempos convulsos
Con una magnífica ambientación que cuida cada detalle, Almudena de Arteaga vuelve a zambullirse en los recovecos de la Historia de España para recrear uno de sus momentos más decisivos. Es un tiempo apasionante contado en primera persona a través de los ojos de una mujer excepcional, testigo privilegiado de los acontecimientos.

Con una inteligente combinación de intriga, misterio, costumbrismo y relato histórico, la autora consigue dar una vuelta de tuerca a unos hechos sobradamente conocidos para mostrar su trastienda, eso que nunca aparece en los libros de Historia, pero que constituye al esencia, la razón de ser de todo. Los protagonistas de Capricho son protagonistas así mismo de la historia con mayúsculas, pero, a la vez, son personajes de carne y hueso, con sus contradicciones, sus miedos y sus deseos.

Amor, celos, envidias, luchas de poder, intrigas… y envolviéndolo todo, los últimos estertores de una corte enfangada en sus propias miserias y rencillas mientras la modernidad llama a la puerta sin que nadie se perciba de ello. Reflexiones políticas sobre una España que comienza a dar signos de debilidad frente a las potencias extranjeras. Las malas prácticas políticas, la pusilanimidad de un rey débil y cobarde; las veleidades de Godoy, el auténtico rey, y su nefasta política internacional.

Desde los chascarrillos de la corte, los amores lícitos e ilícitos, las intrigas y manejos de los poderosos en su vida cotidiana, a los acontecimientos históricos que cambiaron el mapa del mundo para siempre: los complots políticos que derrocaron a los reyes, los aires de independencia que llegan de América. El desastre de la batalla de Trafalgar, que situará por primera vez a Inglaterra a la cabeza de las potencias mundiales; la guerra contra Francia y las implicaciones políticas y sociales que esta significó. La cobardía de Fernando VII y la traición de Carlos IV a su pueblo al abdicar en favor de José Bonaparte a cambio de un castillo en el Loira y treinta millones de reales.

Almudena de Arteaga se muestra como gran conocedora de las costumbres tanto populares como de la más alta nobleza. Desde la romería de san Isidro a las fiestas sofisticadas de la finca de El Capricho, la autora ha recreado con una gran maestría un mundo de contrastes y desmesuras, de miserias y sofisticación, un mundo donde se da la mano lo más reaccionario de la tradición española con los nuevos aires que vienen de Francia. Los olores y sabores de las comidas, de los perfumes, los vestidos, los peinados y las joyas de las damas y sus charlas de salón. Por las páginas de la novela desfilan los personajes más fascinantes del Madrid de principios del siglo XIX. Desde Moratín al torero Pepe-Hillo, de la duquesa de Alba al músico Boccherini.

Una época de cambio, de lucha de lealtades. El absolutismo frente al liberalismo, la más rancia nobleza frente a los nuevos protagonistas de la historia, la lealtad hacia unos reyes cobardes y vendidos frente a los aires revolucionarios que vienen de América. Pero si hay algo que amalgame todo el relato son las obras de Goya, en especial Los Caprichos y Las majas, que la autora utiliza como referente cultural y social de la época además de como elemento de intriga que recorre la obra hasta su desenlace final.

A pesar de tratar acontecimientos históricos de gran relevancia, Capricho es, fundamentalmente, una historia de mujeres contada por una mujer, una visión distinta de la Historia: la que se cuece en las fiestas, los gabinetes y las alcobas. Una mirada sobre las mujeres de la época, desde las humildes lavanderas que arrastraban sus fardos hasta el río Manzanares cada día, hasta las grandes señoras de la corte. Los hombres de esta novela son una especie de telón de fondo que enmarca los hechos, pero tan alejados de los intereses y emociones de las mujeres que parecen vivir en un universo paralelo de caza y guerras. Solo Godoy sobrevuela el relato como un pájaro de mal agüero.

Una mirada muy contemporánea pero a la vez de una gran fidelidad histórica, que gustará por igual a los amantes de la Historia con mayúsculas como a los que disfrutan con sus detalles más desconocidos.

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